Anclaje que es colocado sin aplicarle tensión (o aplicando una tensión mínima) durante la instalación, tomando posteriormente carga a lo largo de las sucesivas fases de la obra.
Entra en tracción por sí solo, al presentarse la fuerza exterior y oponerse la cabeza al movimiento del terreno o de la estructura.
En consecuencia, puede ser susceptible de sufrir grandes desplazamiento.
Se utilizan barras de acero, denominadas bulones o pernos. Normalmente no pasan de 12 m de longitud.